lunes, 15 de agosto de 2022

El Arte de hablar en público.

HBLAR. Por trabajo, para vender, comunicarse con su entorno

El ser humano es un ser social; vive en compañía de otras personas para asegurar su supervivencia y, por lo tanto tiene la necesidad de comunicarse; para organizar el trabajo, para relacionarse con ellos, para expresar sus sentimientos o sus ideas. Y también necesita saber lo que piensan los  demás, lo que ocurre y sienten, sobresalir, liderar e identificación con sus semejantes es fundamental para el desarrollar la coexistencia.

Lo principal

Cuando uno va a hablar en público es fundamental tener claro el objetivo de la intervención: Se quiere transmitir una información (por ejemplo, resultados de la empresa), se quiere manifestar una opinión sobre un tema determinado, simplemente se quiere entretener, etc.

Hablar en público no se limita a tomar la palabra y "soltar" un discurso; hablar en público consiste en lograr establecer una comunicación efectiva con el mismo, en la que uno sea capaz de transmitir sus ideas.

Por ello, las intervenciones hay que prepararlas a conciencia, lo que implica no limitarse a elaborar el discurso, sino que hay que ensayar la forma en la que se va a exponer: El orador tiene que conseguir que el público se interese por lo que les va a decir y esto exige dominar las técnicas de la comunicación.

Cuando se va a hablar sobre un tema lo primero que el orador tendrá que hacer es dominarlo. En el momento en el que tome la palabra deberá tener un conocimiento sobre el mismo muy superior del que tiene el público. El orador tiene que tener algo interesante que transmitir. Uno debe evitar a toda costa hablar sobre un tema que apenas domine ya que correría el riego de hacer el ridículo.

Aunque resulta natural estar algo nervioso cuando se va a hablar en público, hay que tener muy claro que el público no es el enemigo, pero que se encuentran a la espera del más mínimo fallo para saltar sobre el orador.

PREPARARSE ANTES DE HABLAR EN PÚBLICO: CALCULAR TODO

La elaboración del discurso, aun siendo determinante, constituye tan sólo una primera etapa de la preparación del acto. Cuando se prepara un discurso hay que tener muy claro cuál es su objetivo, qué es lo que se pretende conseguir (informar, motivar, divertir, advertir, etc.).

En primer lugar hay que definir el tema de la exposición. Esto puede venir ya indicado por los organizadores del acto (aunque uno siempre podrá darle su propia orientación) o puede que uno tenga libertad para elegirlo. Definido el tema, hay que determinar la idea clave que se quiere transmitir y sobre la que va a girar toda la argumentación.

 

El discurso se estructura en tres partes muy definidas:

Introducción (plantea el tema que se va a abordar y la idea que se quiere transmitir).

Desarrollo (se presentan los distintos argumentos que sustentan la idea).

Conclusión (se resalta nuevamente la idea y se enumeran someramente los argumentos utilizados).

El discurso no tiene por qué ser una pieza literaria: lo que sí debe primar es la claridad.

Al ser escuchado (y no leído) el público no tiene tiempo de analizar detenidamente el lenguaje utilizado, la estructura de las frases, etc.

Además, en el supuesto de no entender una frase no va a tener la posibilidad de volver sobre ella.

Todo ello lleva a que en el discurso deba emplearse un lenguaje claro y directo, frases sencillas y cortas. Hay que facilitarle al público su comprensión.

Fuente: Articulo


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